Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), las empresas pequeñas y medianas en México representan 99.7% de las unidades económicas, y aproximadamente 7 de cada 10 son empresas familiares.
La base de la relación familiar nos hace basar la estructura de la empresa en la confianza y en las jerarquías que de manera natural se producen por lo que, cuando cambian las relaciones familiares o fallecen miembros de la empresa familiar, se provoca una incertidumbre dentro de los miembros que podría ser anticipada al establecer reglas como en cualquier otra sociedad.
También es común que no se tengan las formalidades que exige la ley a cualquier empresa por considerarse una empresa familiar, sin embargo existen derechos y obligaciones que son aplicables a toda empresa que no podemos pasar por alto.
Te invitamos a revisar si tu empresa familiar tiene:
Una constitución legal donde se establecen los socios reales de la empresa y reglas claras para la admisión o expulsión de socios.
Actas de asamblea ordinaria de cada año desde su constitución.
Cláusulas respecto a los procesos de admisión para la siguiente generación familiar.
Consejo de administración para la toma de decisiones colegiadas.
Contratos laborales.
Contratos para clientes y proveedores.
Registro de marca.
Emolumentos definidos para los socios.
De manera general una empresa familiar puede regularizar facilmente su situación mientras los socios tienen buenas relaciones, no esperes a que sucedan inconvenientes en donde puede terminar una empresa por falta de reglas claras.
Te invitamos a tomar una sesión de diagnóstico para conozcas la situación legal de tu empresa familiar y cuentes con la información necesaria para tomar las mejores decisiones.
