Cuando iniciamos un juego en la infancia lo primero que nos enseñan son las reglas para que se pueda tener una actividad organizada donde, esencialmente, sepamos de qué manera se gana o se pierde dentro del juego.
Al final el juego se convierte en una práctica para la vida, sin embargo, algo sucede dentro del mundo laboral que las reglas se empiezan a hacer ambiguas, difusas, confusas, o simplemente no existen.
Es por esto que frecuentemente nos consultan para ejercer sanciones o incluso despidos por faltas de los colaboradores de las empresas, pero al revisar los elementos con los que se cuentan resulta que efectivamente el colaborador hizo o dejo de hacer cierta actividad pero no se cuenta con un instrumento en donde se especifique que esas acciones se permitan o prohíban.
Muchas veces lo anterior va en relación a una serie de suposiciones o apelar al sentido común, creando lagunas o espacios vacíos que esperamos que se llenen solos o sean resueltos por los colaboradores, en vez de que sea el Patrón quien clarifique las reglas del juego para que todos puedan participar de manera correcta.
Existen muchas reglas que no son opción y que aplican de manera general a los centros laborales, como lo pueden ser:
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
Ley Federal del Trabajo.
Normas Oficiales Mexicanas.
Adicionalmente podemos crear reglas dentro de nuestra organización, las cuales pueden estar plasmadas en documentos como:
Contrato laboral.
Reglamento Interior de Trabajo.
Manual de operaciones.
Descriptores de puestos.
Políticas internas.
El único requisito es que estas reglas no vayan en contra de los principios generales que existen en la ley ni restrinjan los derechos mínimos que también les otorga la misma.
Si en tu empresa existen resistencias para seguir las reglas, te invitamos a este webinar en que compartiremos recomendaciones para implementar tanto los reglamentos como la cultura que se requiere para que realmente se cumplan.
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